3 agosto, 2022 | Tiempo de Padres

¿Qué lecciones aprenden los niños cuando cometen errores?

Cuando un niño comete un error, los adultos no siempre actuamos correctamente, pues en muchas ocasiones tendemos a remarcar continuamente su equivocación, nos quedamos anclados en lo que ha pasado y en las consecuencias de ese error, y somos incapaces de dirigirnos a los niños con una actitud positiva.

Errores lecciones

Pero si analizamos ese error como algo propio de la inexperiencia, podemos presentárselo al niño como una oportunidad maravillosa de aprender y de adquirir los conocimientos y habilidades necesarios para seguir progresando en la vida.

En este sentido, podemos ver algunas lecciones que aprenden los niños cuando cometen errores:

  1. Todos cometemos errores

La primera lección que aprenden los niños es que todos, absolutamente todos cometemos errores. El error es algo propio del ser humano y además, lo repetimos con frecuencia.

Pero para que el niño normalice los errores es necesario que los padres mostremos los nuestros y no engañemos ni tratemos de ocultarlos. Al revés, reconocer que hemos errado y pedir perdón por ello ayudará al niño a entender que su equivocación no es la única en el mundo.

  1. Nuestros actos tienen consecuencias (en uno mismo o en los demás)

Ya que vivimos en comunidad y compartimos espacios, tiempo y vida con otras personas, una de las cosas que aprenden los niños cuando cometen un error es que en la mayoría de las ocasiones, esto tiene consecuencias sobre los demás.

Por ejemplo: si quiero jugar con el juguete de otro niño y se lo robo de forma intencionada, este se pondrá triste, llorará y querrá recuperarlo. En cambio, si hablo con él o ella para que me lo preste o juguemos juntos, ambos disfrutaremos y nadie saldrá perjudicado.

  1. Las cosas no siempre salen como queremos

Las cosas no siempre salen como queremos, pues  en el camino podemos cometer errores que desembocan en un desenlace distinto al que teníamos en mente. Cuando esto sucede, los niños deben aprender a manejar la frustración que por lo general provoca una situación inesperada, y para ello es indispensable el acompañamiento respetuoso por parte del adulto.

Aceptar que el error ha traído consecuencias que no esperábamos, validar lo que esto nos provoca y enmendarlo buscando soluciones, son lecciones valiosísimas que aprende el niño gracias al error.

  1. Los errores no nos definen

Por cometer un error no somos “torpes”,  “despistados”, ni “tontos” o muchos otros calificativos que a menudo nos empeñamos en lanzar a los niños sin ser conscientes del daño que esto puede ocasionarles en su autoestima y el desarrollo de su personalidad.

Un niño debe tener libertad para equivocarse las veces que necesite sin que esto le suponga un daño emocional por tener que cargar con una etiqueta que acaba definiendo a su persona.

Somos los adultos, en el ejercicio de nuestra responsabilidad, quienes debemos guiarlo en su aprendizaje y en la toma de conciencia de lo que ese error puede suponer.

  1. Nuestras emociones siempre son válidas. Las conductas no.

En muchas ocasiones, el error va precedido de una emoción intensa que no sabemos cómo gestionar, especialmente en el caso de los niños. Así, por ejemplo, el niño que pega o muerde a otro suele hacerlo a causa de la frustración, el enfado o el miedo ante una situación que le desborda.

Sentir todas esas cosas no es malo; al contrario. Todas las emociones son importantes y debemos aprender de ellas.

Pero es necesario que el niño sepa diferenciar entre sus emociones y sus actos. Es decir, mientras que las emociones siempre deben ser validadas y tenidas en cuenta (el niño tiene derecho a sentir lo que quiera sentir), cuando los comportamientos provocados por esa emoción perjudican a otros, entonces no deben ser tolerados.

  1. Actuar con responsabilidad

Cuando un niño empieza a ser consciente de que sus errores tienen consecuencias en los demás, por lógica también comprenderá que todo acto que lleve a cabo desde la responsabilidad y el buen hacer repercute positivamente en otros.

Este importante aprendizaje de vida fortalece la autoestima del niño y la confianza en uno mismo al sentirse valioso por lo que su aportación supone para su comunidad.

  1. Aprenden a distinguir lo que está bien de lo que está mal

Aprender a distinguir entre el bien y el mal y actuar éticamente conlleva un proceso de aprendizaje que se ve influenciado por diferentes variables, entre ellas la forma en la que los padres acompañamos y enfocamos los errores que nuestros hijos cometen.

De este modo, si ponemos límites a los niños con amabilidad y respeto, haciéndoles partícipes de ellos y mostrándoles cómo hacer las cosas en lugar de simplemente prohibirlas, aprenderán fácilmente a distinguir lo que está bien de lo que está mal. Como decimos, en este proceso de aprendizaje obviamente se equivocarán, pero tomarán buena nota para hacer las cosas de otro modo la próxima vez.

  1. Aprenden habilidades nuevas

En todo el proceso que conlleva cometer un error, analizar sus causas y consecuencias y focalizarse en la solución, el niño estará aprendiendo un sinfín de habilidades nuevas y entrenando y madurando otras que poco a poco va adquiriendo.

Por ejemplo, aprenderá a ser más reflexivo, creativo, a perseverar y no rendirse ante las adversidades, a resolver conflictos, tomar decisiones, esforzarse, negociar, ser asertivos…

Lee el artículo completo en Las lecciones que aprenden los niños cuando cometen errores

Especial para Los Mejores Jardines
Por: Mariana Marroquín Ortiz
Equipo de redacción de Los Mejores Jardines
Acerca de Los Mejores Jardines
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