¿Tu hijo está empezando a caminar? No te angusties, tenemos información valiosa para ti. Sabemos que, en los primeros años los niños pequeños se mueven por todas partes, están más conscientes de sí mismos y de su alrededor y también aumenta su deseo de explorar nuevos objetos y su curiosidad por otras personas. Para aquellos papás que estamos llegando a esta etapa, en donde la desesperación y la frustración nos acompaña, surge la crianza positiva.
El enfoque de la crianza positiva busca promover un estilo de educación sin violencia, disciplina con amor y vínculos afectivos fuertes en donde los padres o cuidadores afiancemos diferentes formas para relacionarnos con los niños desde el reconocimiento y el afecto.
Con el pasar del tiempo debemos enfrentar nuevos retos con nuestros hijos. Algunos desafíos, traen consigo sentimientos negativos, pero todas nuestras experiencias serán herramientas de aprendizaje, por lo cual, aunque es imposible evitar errores, hay consejos de crianza positiva que podemos aplicar.
No olvides que tu hijo es un ser único y no debes compararlo con otros bebés, si tienes dudas sobre sus indicadores de desarrollo consulta a tu pediatra. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) “los indicadores del desarrollo son las acciones que la mayoría de los niños pueden hacer a una edad determinada”. En esta ocasión, hablaremos de los bebés entre 1 y 2 año.
Como lo mencionamos antes, según la CDC durante el segundo año de vida, los niños pequeños se mueven por todas partes, y están más conscientes de sí mismos y de su alrededor. También aumenta su deseo de explorar nuevos objetos y su curiosidad por otras personas. En esta etapa, los niños pequeños mostrarán mayor independencia; comenzarán a tener conductas desafiantes; se reconocerán en las fotos o en el espejo e imitarán los comportamientos de los demás, especialmente de los adultos y niños mayores. Los niños pequeños que comienzan a caminar deben ser capaces de identificar los nombres de personas y objetos conocidos, formar frases y oraciones simples, y seguir instrucciones y órdenes sencillas. Por lo anterior, te presentamos cuáles son los consejos que puedes hacer para ayudar a tu bebé en esta etapa:
- Léele a diario.
- Pídele que te busque objetos, o que te nombre objetos o las partes del cuerpo.
- Participa con él en juegos de asociación, como en los que debe clasificar figuras por su forma y hacer rompecabezas sencillos.
- Anímalo a explorar y a probar cosas nuevas.
- Contribuye a su desarrollo del lenguaje hablando con él y completando palabras que comience a decir. Por ejemplo, si tu pequeño dice “bib-e”, puedes contestar: “Sí, eso es un biberón”.
- Fomenta la independencia que está adquiriendo, deja que se vista y coma por sí solo.
- Reacciona más a los comportamientos positivos del niño, cuando tengas que castigarlo por comportamientos negativos (los castigos, como no dejarlo hacer nada, deben ser muy breves). En lugar de eso, dile o muéstrele lo que debería haber hecho.
- Vayan juntos al parque o den un paseo en autobús para fomentar en el niño la curiosidad y su capacidad para reconocer objetos comunes.
Si quieres conocer más consejos y descubrir cómo mantener a tu bebé en crecimiento a salvo da clic en: www.cdc.gov/ncbddd/spanish/childdevelopment/positiveparenting/toddlers.html
Para descubrir consejos sobre crianza positiva para padres con hijos de 0 a 1 año ingresa a: Losmejoresjardines.com/tematicas-pedagogicas/consejos-sobre-crianza-positiva-para-padres-con-hijos-de-0-a-1-ano/23613/
Para completar la información anterior, si tu hijo aún no empieza a caminar, te compartimos 7 etapas para que aprenda de forma segura, escritos por el portal Web Guía del Niño
1. De boca arriba a boca abajo. Persiguiendo un juguete atractivo, tu bebé conseguirá ponerse boca abajo. Al principio no podrá mantener la cabeza erguida el tiempo suficiente ni organizarse para sacar las manos que quedan prisioneras bajo el peso del pecho. Poco a poco descubrirá que puede colocar los brazos estirados como punto de apoyo y observar todo lo que sucede a su alrededor.
2. Sobre el abdomen. Se lo permitirá la madurez que el tono muscular de la espalda y los abdominales han ido alcanzando con el ejercicio de las etapas anteriores. Podrás verle estirarse de emoción haciendo “el avión” como si se entrenara para liberar, algún día a voluntad, las manos y las piernas para arrastrarse o girar.
3. Gira sobre el ombligo. Atraído por los objetos que hay a su alrededor y liberadas sus manos, tu bebé se ayudará con ellas para girar sobre el ombligo. Al principio, sin apoyo de las piernas, que se incorporarán al movimiento de forma coordinada poco después.
4. Se desplaza hacia atrás como un gusano. Del giro al desplazamiento hacia atrás, sólo hay un paso. Cuando menos te lo esperes, habrá llegado bajo la mesa del comedor empujando con sus manos y deslizándose hacia atrás. Avanzar será un reto más difícil, tendrá que extender las manos y apoyar los codos para arrastrar todo su cuerpo hacia delante. Colócalo abrigado con ropa que lo cubra casi por completo sobre un suelo deslizante como la madera.
5. Repta como un pequeño lagarto. En el “gusanito” las piernas quedaban quietas como una cola de pez. La emoción de perseguir juguetes hará que tu bebé patalee emocionado y poco a poco, coordine sus movimientos hasta dar forma a un reptado en el que avanzará, alternando, mano y rodilla contrarias
6. Gatea y se sienta. Levantar la barriga y ponerse en postura de gateo requiere equilibrio y tensión en los abdominales y glúteos. Tras un tiempo de jugar a mecerse y tararear en esta posición, como calentando motores, podrás ver a tu bebé avanzar ligeramente las manos y arrastrar las rodillas detrás. Algunos bebés perfeccionan este movimiento dando saltitos en lo que se conoce como “conejeo”, antes de que aparezca el gateo propiamente dicho, en el que avanzará adelantando mano y rodilla contrarias. Tu bebé domina ahora los cambios de postura: del reptado, al gateo y del gateo, aparecerá de forma natural el sentado.
7. Del óseo a ponerse de pie y andar. Buscando apoyo, tu hijo se pone de pie. Coincidiendo con el placer de andar de lado agarrado a los muebles, –y sólo en los gateadores muy experimentados– se puede observar por algunos días el óseo: el niño se desplaza a gran velocidad apoyado en las manos y en los pies, sin usar las rodillas. Tu bebé querrá ponerse de pie agarrándose a cualquier parte, y te demostrará que está realmente maduro para andar cuando, partiendo de la postura de gateo, plante los pies y se ponga de pie sin apoyarse en ningún mueble. Hacer esto implica una gran potencia muscular y una buena dosis de equilibrio.
Para ampliar esta información ingresa a: www.guiadelnino.com/bebe/primeros-pasos/7-etapas-para-aprender-a-caminar
Por: Andrea Carolina Pedroza
Equipo de redacción de Los Mejores Jardines