El miedo es la reacción que se produce ante un peligro real o imaginario. Uno de los miedos más comunes en los niños a partir de los 3 años es la oscuridad. Pero… ¿Por qué ocurre?
La causa concreta se desconoce, sin embargo, existen varias posibilidades que pueden generar este miedo en los niños como el cambio de casa, la separación de sus padres, la muerte de un ser querido, haber visto o escuchado películas de terror o cuentos, se considera un problema pasajero, no obstante, cuando se producen problemas para conciliar el sueño e insomnio durante la noche, ansiedad o crisis de ansiedad en situaciones de oscuridad y sudoración, mareos o dificultad para respirar cuando se está a oscuras, se considera clínicamente como nictofobia.
Imaginación hacia lo desconocido
El portal web Healty Children nos aclara que, según un estudio, el 43 % de los niños entre 6 y 12 años tienen muchos miedos y preocupaciones. El miedo a la oscuridad, particularmente a quedarse solos en la oscuridad, es uno de los temores más comunes en este grupo de edades
Cuando los niños conocen por primera vez escenarios diferentes, es normal que su imaginación cree elementos que pueden asustarlos. Por ejemplo, cambiar de casa: como los niños no se han acostumbrado, sienten temor por las sombras o ruidos que generan los carros, la posición en que se coloquen algunos elementos o creen que sus padres están lejos. Lo anterior, se debe a que los niños suelen relacionar la oscuridad con la soledad y el desamparo.
Asimismo, el portal Web Guía Infantil nos cuenta que: “la poca visión hace volar la imaginación y sospechar que la oscuridad esconde a personas desconocidas o monstruos debajo de su cama, dentro de su armario o detrás de las cortinas de su habitación. Un simple ruido puede representar una nueva amenaza, que viene de algún fantasma o de otra criatura de su imaginación.” Estefanía Esteban, redactora de este portal nos amplía esta información:
Los síntomas del miedo a la oscuridad en niños pueden variar según cada caso, pero los más comunes suelen ser:
– Nerviosismo en un ambiente oscuro.
– Llantos, gritos, temblores.
– Disminución del apetito.
– Dormir con una luz encendida.
– Los síntomas fisiológicos incluyen una frecuencia cardíaca elevada, temblores, náuseas, dolores de cabeza.
De igual manera, los síntomas psicológicos pueden ser:
– Pensamientos de muerte.
– Miedo a ser atacado por fantasmas y monstruos.
– Comprobar que no hay nada debajo de la cama y en los armarios de forma repetida.
– No dormir solo e intentar mantenerse despierto toda la noche.
Por otro lado, Sapos y Princesas (medio de comunicación de impacto social fundado por Nora Kurtin en el año 2005) nos explica que el miedo a la oscuridad se trata de un trastorno adquirido de forma involuntaria, por tanto, puede desaparecer. A continuación, te compartimos algunos de los consejos y tratamientos, escritos por el medio de comunicación y recomendados por expertos, para combatir el miedo a la oscuridad:
- No te burles
Para muchos adultos este temor puede resultar absurdo, pero para los niños es un asunto serio. Por esa razón, jamás debemos burlarnos de las fobias de los menores, aunque tampoco podamos demostrar que existen motivos reales para su aparición. Es importante que el pequeño exprese todo lo que siente. Mientras lo hace, mostraremos una actitud comprensiva y le brindaremos el apoyo que necesita. Si no tomamos en serio sus angustias, se guardarán sus preocupaciones, meditaran sobre ellas y les será más difícil superar esa etapa.
- Prohíbe las películas de terror
Limitemos la exposición a las imágenes explícitas de las películas y videojuegos de terror. De este modo atajamos una de las principales causas del miedo a la oscuridad. Tampoco debemos amenazarlos con el ‘coco’ o algún otro personaje malvado para que haga algo que queremos, como tomar las verduras o terminar las tareas del colegio.
- Hazle compañía
Los hijos necesitan del apoyo de sus padres para superar los diferentes miedos propios de la infancia y la adolescencia. Por eso, será de gran ayuda si por las noches los acompañas durante algunos minutos hasta que se relajen o se duerman. De igual manera, los expertos aconsejan leerles un cuento o entonar una canción que les guste. Es una buena manera de que su mente se calme y de crear un ambiente propicio para el sueño.
- Evitar las pantallas antes de dormir
Procura que tus hijos no usen el móvil u otros dispositivos en la cama ni enciendan la televisión. La luz de las pantallas y los estímulos visuales no invitan a la relajación de la mente. Por lo tanto, no son métodos adecuados para propiciar el sueño. Además, el niño podría alterarse al ver una imagen fuerte antes de dormir. Si le cuesta conciliar el sueño, enséñale a pensar en cosas relajantes. Puede ser desde contar ovejitas o nadar en un hermoso río imaginario hasta recordar lo bien que se lo pasó la última vez que estuvo en una fiesta con sus amigos.
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También, el medio online La Vanguardia nos dice que en caso de padecer nictofobia el tratamiento y medicación es la: Psicoterapia, la cual puede incluir desde la terapia cognitivo-conductual para ayudar al paciente a comprender esos sentimientos negativos hacia la oscuridad y la noche y tratando de construir pensamientos útiles y positivos para controlar la fobia. Adicional a esto, se pueden incluir a nivel psicoterapéutico:
– Terapias de relajación y atención plena.
– Técnicas de respiración.
– Técnicas de exposición y desensibilización exponiendo al paciente al miedo de forma pausada y aplicando técnicas de autocontrol.
– Realidad virtual para recrear ambientes que permitan enfrentar miedos de un modo controlado.
– Terapia asistida con animales para facilitar el control emocional.
Si quieres conocer qué es la nictofobia, síntomas, causas y cómo tratar la enfermedad da clic en: https://www.lavanguardia.com/vida/salud/enfermedades-mentales/20190514/462240648733/nictofobia-fobia-a-la-oscuridad-fobia-ansiedad-angustia.html
Por: Andrea Carolina Pedroza
Equipo de redacción de Los Mejores Jardines