17 junio, 2021 | Tiempo de Padres

Límites claros, hijos tranquilos

¿Cuáles son los hábitos incuestionables en tu hogar? No se pueden definir límites y/o reglas si no tienes claridad lo que, para ti, como mamá o papá, no es negociable. Por ello, te presentamos a la psicóloga, escritora y conferencista Pilar Sordo, quien nos explicará la importancia de los límites claros para la tranquilidad de nuestro hogar.

Para educar como padres primero hay que desarrollar conciencia educativa, es decir, entender que se está formando un ser humano que necesita consolidar ciertas conductas que lo lleven a ser buena persona

Lo primero que debes entender es que los límites son necesarios. En muchas ocasiones tenemos miedo a poner reglas en nuestro hogar, puesto que, no nos gusta el sentimiento de culpa y evitamos al máximo el enojo de nuestros hijos. Sin embargo, es fundamental dejar a un lado la idea de que autoridad y autoritarismo son lo mismo. Nosotros como padres estamos en la obligación de poner autoridad y esto, no es tortura, sino que, se refiere a la claridad con que emitimos el mensaje.
Por ejemplo, algunas de las reglas que definimos como padres son: lavarse los dientes después de cada comida para evitar caries, recoger los juguetes cuando acabe de jugar o, en los hijos más grandes, lavar la loza después de comer.

De igual manera, tengamos en cuenta que poner límites no implica un regaño, por el contrario, deben implementarse en una conversación, como acuerdos y compromisos. Bien sean reglas que plantees como mamá, papá o en pareja, deben expresarse con claridad, puedes decir: “Definimos qué es esto (x acción) es lo que se debe hacer para estar tranquilos en casa.” No obstante, recuerda que te puedes equivocar y corregir.

Pilar sordo nos dice:

“Para educar como padres primero hay que desarrollar conciencia educativa, es decir, entender que se está formando un ser humano que necesita consolidar ciertas conductas que lo lleven a ser buena persona. Para eso, los modelos comienzan en los hogares: es necesario expresar emociones en la casa, hablar con los niños acerca de las cosas que les provocan pena, rabia y alegría. Es fundamental generar el hábito de la conversación en el ámbito de la familia.”

Pilar Sordo

Lo importante a la hora de poner límites es que se deben evitar contradicciones y repeticiones, es decir, que lo que se pidió no sea tomado en serio por el niño. Para evitar lo anterior, debes fijar los aspectos realmente importantes para ti, como pueden ser la limpieza o el orden. Asimismo, deben ser acciones que determinen cambios positivos. Es indispensable que tu ejemplo sea el reflejo del cumplimiento de las normas, es decir, no puedes prohibir el uso del teléfono en la mesa a la hora de la cena y tu usarlo ocasionalmente. Los límites deberían ser permanentes. Con el tiempo y la edad se pueden negociar, recuerda que puedes ser amigo y cómplice, pero no puedes dejar a un lado tu función de educador, por eso los cambios en los límites debe ser en beneficio del hogar y no consecuencia de un capricho.

Por otro lado, si te sientes en conflicto y no sabes cómo hablarles a tus hijos recuerda las 5 condiciones que Pilar Sordo nos comparte para educar bien:

  • Ternura
  • Firmeza
  • Fuerza de voluntad
  • Paciencia
  • Sentido del Humor

También, puedes complementar con creatividad y sentido de trascendencia.

Descubre la charla completa dando clic en el siguiente video:

Para complementar la información anterior, te compartimos los 10 consejos básicos para aplicar límites educativos, escritos por Alba Caraballo, Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y parte del equipo de Guiainfantil.com.

  1. Objetividad: Es frecuente escuchar en nosotros mismos y en otros padres, expresiones como ‘Pórtate bien’, ‘sé bueno’, o ‘no hagas eso’. Nuestros hijos nos entenderán mejor si marcamos nuestras normas de una forma más concreta. Un límite bien especificado con frases cortas y órdenes precisas suele ser claro para un niño.
  2. Opciones: En muchos casos, podemos dar a nuestros hijos una oportunidad limitada para decidir como cumplir sus órdenes. La libertad de oportunidad hace que un niño sienta una sensación de poder y control, reduciendo las resistencias.
  3. Firmeza: En cuestiones realmente importantes, cuando existe una resistencia a la obediencia, nosotros necesitamos aplicar el límite con firmeza. Los límites más suaves suponen que el niño tiene una opción de obedecer o no.
  4. Acentúa lo positivo: Los niños son más receptivos al hacer lo que se les ordena cuando reciben refuerzos positivos. Algunas represiones directas como el ‘no’, dicen a un niño que es inaceptable su actuación, pero no explica qué comportamiento es el apropiado.
  5. Guarda distancias: Cuando decimos ‘quiero que te vayas a la cama ahora mismo’, estamos creando una lucha de poder personal con nuestros hijos. Una buena estrategia es hacer constar la regla de una forma impersonal. Por ejemplo: ‘Son las 8, hora de acostarse’ y le enseñas el reloj. En este caso, algunos conflictos y sentimientos estarán entre el niño y el reloj.
  6. Explica por qué: Cuando un niño entiende el motivo de una regla como una forma de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se sentirá más animado a obedecerla. De este modo, lo mejor cuando se aplica un límite, es explicar al niño porqué tiene que obedecer. Entendiendo la razón, los niños pueden desarrollar valores internos de conducta o comportamiento y crear su propia conciencia. Antes de dar una larga explicación que puede distraer a los niños, manifiesta la razón en pocas palabras. Por ejemplo: ‘No muerdas a las personas. Eso les hará daño’.
  7. Sugiere una alternativa: Siempre que apliques un límite al comportamiento de un niño, intenta indicar una alternativa aceptable. Sonará menos negativo y tu hijo se sentirá compensado. De este modo, puedes decir: ‘ese es mi pintalabios y no es para jugar. Aquí tienes un lápiz y papel para pintar’. Al ofrecerle alternativas, le estás enseñando que sus sentimientos y deseos son aceptables. Este es el camino de expresión más correcto.
  8. Firmeza en el cumplimiento: Una regla puntual es esencial para una efectiva puesta en práctica del límite. Una rutina flexible (acostarse a las 8 una noche, a las 8 y media en la próxima, y a las 9 en otra noche) invita a una resistencia y se torna imposible de cumplir. Las rutinas y reglas importantes en la familia deberían ser efectivas día tras día, aunque estés cansado o indispuesto. Si das a tu hijo la oportunidad de dar vueltas a sus reglas, ellos seguramente intentarán resistir.
  9. Desaprueba la conducta, no al niño: Deja claro a tus hijos que tu desaprobación está relacionada con su comportamiento y no va directamente hacia ellos. No muestres rechazo hacia los niños. Antes de decir ‘eres malo’, deberíamos decir ‘eso está mal hecho’ (desaprobación de la conducta).
  10. Controla las emociones: Los investigadores señalan que cuando los padres están muy enojados castigan más seriamente y son más propensos a ser verbalmente y/o físicamente abusivos con sus niños. Hay épocas en que necesitamos llevar con más calma la situación y contar hasta diez antes de reaccionar. Delante de un mal comportamiento, lo mejor es contar un minuto con calma, y después preguntar con tranquilidad, ‘¿qué ha sucedido aquí?’.

Para ver el texto completo te invitamos a ingresar a: www.guiainfantil.com/educacion/comportamiento/limites.htm

Especial para Los Mejores Jardines
Por: Andrea Carolina Pedroza
Equipo de redacción de Los Mejores Jardines

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