Para nadie es un secreto que el ser humano es un ser social por naturaleza y por esto los niños desde muy pequeños requieren compartir con personas diferentes a su familia; es decir, involucrarse en un contexto secundario en el que puedan afianzar las habilidades adquiridas en su núcleo cercano… su familia.
Es en este punto, en el que debemos tener en cuenta que todas las habilidades y capacidades que los niños adquieren en la primera infancia se convertirán en las bases para su vida adulta; por lo tanto, el proceso de socialización de los niños es de suma importancia pues de este depende que puedan desarrollar de manera adecuada habilidades sociales, comunicativas, motrices y cognitivas.
Por esta razón, el Jardín Infantil se convierte en el espacio más propicio para poder aportar en el desarrollo de los niños y niñas, pues allí son vistos como seres integrales a quienes es necesario acompañar en un proceso de crecimiento y formación no solo cognitiva, sino social, motriz, comunicativa y estética dentro de un entorno preparado y dispuesto para brindarles diversas experiencias enriquecedoras con un fin específico en el que es indispensable conocer lo que requieren, lo que les llama la atención según la etapa de desarrollo que se encuentran y lo que es necesario reforzar.
Actualmente la educación inicial ha dado un vuelco total, pues va más allá de velar porque sus niños alcancen los desarrollos o habilidades en escritura o matemática para que se vinculen a los mejores colegios; es el lugar en el que los niños socializan con el otro, con un par y aprenden habilidades para la vida; en otras palabras, aprenden a solucionar un pequeño conflicto, a mediar con sus amigos para intercambiar juguetes, a identificar como me siento y que me hace sentir bien o mal, a saber cómo colocarse la chaqueta, anudarse los cordones, a subir y bajarse la cremallera, a percibir nuevos sabores y texturas, a avisar cuando tiene deseos de ir al baño y dejar atrás el pañal, a organizar por su cuenta sus materiales, entre otros aspectos que son igual o más importantes el uno que el otro.
La educación inicial tiene su fundamento principal en la visión de los niños como seres integrales que comprenden y exploran su entorno desde una visión global o general; por esta razón todas las acciones o dinámicas que se generan en el jardín infantil están enfocadas en fortalecer y estimular cada una de las dimensiones del desarrollo.
Por su parte, desde el desarrollo socio afectivo, se busca que el niño o la niña establezca con él o ella misma, con los otros y con el medio una relación que le permita interiorizar los diferentes aspectos (autoestima, toma de decisiones, autonomía, resolución de conflictos, seguridad, vinculo y autoconcepto) para comprender su entorno desde el campo afectivo; es decir, se busca que adquieran las habilidades necesarias para identificar sus estados de ánimo, emociones y sentimientos para después identificar los de los otros; fortaleciendo así la relación consigo mismo y con el otro. Paulatinamente pasan de auto conocerse a ser conscientes que hacen parte de un grupo en el que es necesario escuchar, esperar, respetar, mediar y dialogar para tener una óptima convivencia.
Una de las dimensiones más hermosas por trabajar dentro de la educación inicial es la corporal, pues es en la que se evidencia de manera mucho más latente el crecimiento de los niños y su paso de una etapa a otra; es en la que los niños empiezan por tener una necesidad de explorar el mundo por medio del arrastre y el gateo; y pasan posteriormente a conocerlo desde otras perspectivas, pues ya pueden tener una posición erguida de manera independiente, caminar, correr, saltar, trepar, entre otras acciones motrices que se van perfeccionando. Este es uno de los pilares de la educación inicial, el fortalecer los procesos motrices que les facilitaran a los niños adquirir los conocimientos del medio en el que se encuentran.
Si bien es cierto, los niños son sociables por naturaleza, el lenguaje juega un papel determinante en dicho proceso; pues es por medio de este que les permite comunicar sus sentimientos, ideas y pensamientos; también dar a conocer sus necesidades y anhelos. Poco a poco dejan de comunicarse por medio del llanto (como primer medio de socialización) hasta adquirir un repertorio amplio de palabras que les favorecerá entablar relaciones con el otro. El lenguaje en los niños es mágico, pues ellos no solo se comunican por medio de sus palabras, también lo hacen con su cuerpo y cada una de las expresiones o gestos que emplean.
Los niños requieren de un contexto en el que puedan explorar y llegar al conocimiento de diferentes factores por medio de la interacción generando aprendizajes significativos y que le servirán para la vida, es el caso de lo planteado a desarrollar desde la dimensión cognitiva… lo indispensable es brindar al niño diferentes espacios de indagación, exploración y vivencia partiendo de lo que les llama la atención, de las necesidades propias de la edad o de su etapa de desarrollo; para generar de esta manera adecuados procesos de sensopercepción, atención, memoria, habituación, entre otros que le posibilitarán realmente adquirir un aprendizaje de los saberes y emplearlos dentro de un contexto.
En conclusión, son muchos los factores determinantes a trabajar desde la educación inicial con los niños de 0 a 6 años, lo importante es tener en cuenta que estos siempre deben estar orientados por un personal calificado, preparado y con el carisma suficiente para guiarlos y motivarlos dentro de un ambiente dispuesto para fortalecer cada una de las etapas de desarrollo que son determinantes para su vida adulta.
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