13 mayo, 2020 | Tiempo de Padres

La importancia de los abuelos

Los cambios culturales, sociales, demográficos y económicos van determinado la evolución singular de las sociedades. En nuestro entorno, la lucha de las mujeres por la igualdad de condiciones, ha implicado cambios de roles a nivel social, laboral y familiar. Dentro de esta nueva dinámica encontramos, que en una gran mayoría de casos, los abuelos se convierten en la principal red de apoyo.

La vida tiene diferentes ciclos de acuerdo a las edades y las etapas que se van alcanzado, y cada una de éstos trae consigo responsabilidades y objetivos. Cada vez que dejamos una etapa atrás, empezamos una nueva, cambiando cíclicamente de esfera. Dentro de éstos ciclos, y aunque no todas las personas siguen los patrones más comunes, encontramos que el típico desarrollo evolutivo se da siguiendo una cadena donde primero somos hijos, posteriormente padres y después abuelos. Y el aporte de cada miembro al entorno familiar y social cambia de acuerdo al rol que se esté desempeñando. Sin embargo, hemos encontrado que esa tercera etapa, la de ser abuelos, ha cobrado una importancia diferente hoy en día, y se ve con otra lupa su participación en los campos familiares y por ende en la sociedad.

Años atrás la importancia de los abuelos estaba más relacionada con su jerarquía familiar y con la sabiduría ancestral que se encargaban de mantener vigente. Hoy en día, su rol es muy distinto, pues en muchos casos entran a soportar e, incluso, a veces a suplir el rol de los padres en la crianza de los hijos, y gracias a esto, las mujeres han podido dedicarse a conquistar y a participar en ese espacio laboral, antes restringido solo para los hombres.

Entonces empezamos a entender el rol de los abuelos en el engranaje actual de la sociedad, donde todas las piezas deben estar en su sitio, cumpliendo una labor determinada, para que la maquinaria pueda avanzar. Ellos son justamente, un soporte emocional que ayuda soportar las carencias afectivas que dejan los múltiples roles que absorben a los padres.

Tiempo y amor incondicional

Solo la madurez, que no necesariamente está ligada al paso de los años, nos hace entender que el verdadero amor tiene dos grandes componentes: tiempo y atención. Con gran parte de los retos de la vida superados, y la disposición de quienes ya atesoran cada minuto, encontramos a los abuelos que brindan su apoyo con la paciencia y la comprensión necesarias para soportar las necesidades de los nietos y la demanda de ayuda de los hijos.

Los abuelos se convierten también, en ese maravilloso vínculo con el pasado. Escuchar sus historias y conocer sus recuerdos les permite a los nietos empezar a tener un vínculo afectivo con ese pasado y, a diferencia de creer que el mundo siempre ha sido como ellos lo conocieron, empezar a entender lo que ha sido la evolución de la humanidad, generación tras generación.

Empiezan a ser también cómplices y confidentes, pues pueden darse el lujo de ayudar a educar de una manera muy distinta. Educar desde la tolerancia y el entendimiento, sin tener la presión que se siente cuando se es padre, pues ya el prisma por el cual se miran las cosas es distinto. Saben diferenciar lo urgente de lo importante, lo efímero de lo duradero, lo banal de lo trascendental, pero más que nada y por el hecho de estar en ese último eslabón de la cadena: nieto, hijo, abuelo, saben con una comprensión que va más allá de la razón, el verdadero significado de que el tiempo no vuelve. Entonces los minutos se vuelven realmente importantes, compartir con el otro se prioriza frente a enseñar o hacer cumplir las reglas.

Tienen la sabiduría en su corazón y la certeza en su alma. Ya fueron hijos, ya fueron padres y ahora son abuelos, pero además, las abuelas y abuelos de hoy tienen una mayor ventaja: son abuelos jóvenes, dinámicos, arriesgados y divertidos. Son abuelos con proyectos de vida independientes, lo que les permite no solo enseñar con su ejemplo lo que es la compasión, la tolerancia y la ternura. Están en la posición de dar a conocer con sus vidas mismas, lo que es la tenacidad, la valentía, la vitalidad. Nos enseñan que los años no están en el calendario sino en el espíritu, que la belleza ciertamente no es algo que se descubre con los ojos, que en la vida es más importante volverse a levantar, que nunca caerse.

Para concluir son un regalo, para la familia, para la sociedad, para el mundo entero y cuanto más rápido entendamos esto, más valoraremos sus aportes, que sin proponérselo, nos entregan cada vez que los invitamos a entrar en nuestras vidas.

Apartes de “carta para el día de los abuelos”

…Casi todos ellos, de forma ocasional o diaria, ejercen un importante papel en la vida de sus nietos: criándolos, co-criándolos, recogiéndolos del colegio, cuidándolos cuando están enfermos, contándoles cuentos, haciendo gestiones para que los padres tengan más tiempo después del trabajo, cocinando, escuchando, … pero sobre todo, con su presencia.

En una sociedad que teme el devenir de los años y las señales del tiempo, la figura de los abuelos es, sin embargo, un canto a todo lo que se aprende en la madurez y se puede aportar con paciencia y cariño a los nietos.

Los abuelos son una de las piezas claves de la sociedad, el sostén más grande que puede existir en un momento de desprestigio del ejercicio presencial de la maternidad…son una fuente de equilibrio y de amor para los niños.

Ojalá en el futuro, la generación de padres del tiempo de calidad escaso que sobrevive gracias a sus mayores, sepa devolver a sus hijos y nietos todo lo que ellos han recibido e, idealmente, haber cambiado el mundo para que sean los padres quienes puedan criar a sus hijos y los abuelos solo mimen…

Fuente: El Blog Alternativo >> http://www.elblogalternativo.com/

Nos enseñan que los años no están en el calendario sino en el espíritu, que la belleza ciertamente no es algo que se descubre con los ojos, que en la vida es más importante volverse a levantar, que nunca caerse.

Por: Paola Bermúdez O.
Redacción Revista Edu.co

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