11 mayo, 2021 | Tiempo de Padres

¿Está retrocediendo mi hijo como consecuencia de la pandemia de COVID-19?

Muchos padres, sin importar si sus hijos son niños o estudiantes universitarios, han sentido que con la pandemia causada por el COVID-19, muchos procesos se han afectado, por ejemplo, la educación, las clases interrumpidas, las fallas de conexión y la falta de relaciones interpersonales, pueden estar afectando sus procesos de aprendizaje. No obstante, queremos contarte que si tú estás sintiendo esto, no estás solo.

UNICEF nos comparte la entrevista realizada a Nancy Close, Doctora y Profesora Adjunta en el Centro de estudios infantiles de la Facultad de Medicina de Yale, así como Directora Adjunta del Programa de Yale sobre la Educación en la primera infancia, acerca del retroceso que pueden estar teniendo nuestros hijos.

En términos de desarrollo es notable el retroceso, la Dra. Close nos cuenta que los niños “han dado marcha atrás en el uso del lenguaje propio de los bebés y que necesitan más ayuda de lo que es normal en esa edad en sus rutinas diarias, como dormir o ir al baño” asimismo, ha evidenciado que hay mayor dificultad para enfrentar y manifestar sentimientos complejos, esto, sin importar la edad, de igual manera, tanto niños como adultos están enfrentando niveles de estrés. Y, el estrés, a su vez, puede contribuir a la regresión.

Por otro lado, nos dice que han observado numerosos problemas de comportamiento:

“Hemos detectado que a los niños les entristece mucho no poder estar con sus amigos o sus maestros y reaccionan con emociones y comportamientos exagerados a los cambios que se están produciendo en las escuelas. Esta incertidumbre está aún más presente y es mucho más desalentadora porque a todos nos está costando conseguir que las cosas sean normales y predecibles. Nos hemos dado cuenta de que la regularidad y la previsibilidad son muy difíciles de conseguir durante esta pandemia. Por este motivo, los niños pueden sentir más ansiedad y frustración y, como consecuencia, sufrir alteraciones en su comportamiento.”

En cuanto a los hijos adolescentes, es fundamental recordar y sin ánimo de justificar malos comportamientos, que es una etapa complicada y, con la pandemia, las rabietas pueden aumentar. Por tal motivo, la Dra. Close nos explica “pueden ayudarlos a encontrar la manera de controlar sus emociones (por ejemplo, salir a pasear o a correr, respirar profundo, pintar o dibujar), o a buscar el modo de poder mantener el contacto con sus amigos y familiares”. También, ante cualquier disgusto o inconformidad que manifiesten, contribuir al diálogo, preguntar qué pasa y reconocer que la vida durante la pandemia es difícil y distinta.

Por otra parte, si tu hijo ya había aprendido a ir al baño y ha vuelto a orinarse en la cama, te contamos que es una regresión muy habitual y debes prestar atención si ha habido un cambio en casa o en el colegio que lo genere, las recomendaciones de la Dra. Close ante esta situación son:

– Si hay algo que pueda estar produciéndole ansiedad a tu hijo, debes hacer todo lo posible por ayudarle.
– Puede ser útil ponerles un pañal para dormir.
– Controlar su ingesta de líquidos y procura limitarla cuando se acerque la hora de irse a dormir.
– Observa con qué frecuencia el pañal aparece mojado por las mañanas. Esto te permitirá comprobar el control que tu hijo va adquiriendo durante las noches.
– Hazle saber que lo ayudarás a no volverse a orinar en la cama.
– Ayuda a tus hijos a ser más independientes a la hora de vestirse y desvestirse, lavarse las manos, comer y realizar tareas sencillas adecuadas para su edad, como recoger su plato de la mesa (siempre y cuando puedan hacerlo).
– Intenta promover y propiciar la independencia de los niños en función de su edad en otras áreas, esto, contribuye a mejorar sus competencias y su autoestima, y puede ayudarlos a dominar todos los aspectos del aprendizaje para ir al baño.

Es clave que los padres evitemos compararnos y entendamos que nuestros hijos son únicos. Ante esta difícil situación, busquemos apoyo, muchas personas están pasando por lo mismo, date la oportunidad de escuchar y dialogar, expresa lo que sientes y demuéstrale a tus hijos que con empatía y amor saldremos adelante.

Si quieres conocer la opinión de la doctora frente a los procesos de aprendizaje te invitamos a leer la entrevista ingresando a: www.unicef.org/es/coronavirus

Igualmente, UNICEF habló la Dra. Lisa Damour, experta en psicología de la adolescencia, quien nos comparte 6 maneras en que padres y madres podemos ayudar a nuestros hijos durante el coronavirus:

1. Permanecer tranquilos y proactivos: “Los padres deben tener una conversación calmada y proactiva con sus hijos acerca de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) y la responsabilidad que tienen con su salud. Hay que decirles que es posible que [ustedes o ellos] empiecen a tener síntomas en algún momento, que esos síntomas suelen ser muy parecidos a los de la gripe o el resfriado común, y que no hay razón para sentirse excesivamente temerosos ante esta posibilidad”, recomienda la Dra. Damour. “Para poder ayudar a sus hijos, los padres deben alentarlos a expresar si no se sienten bien, o si están preocupados por el virus”.

2. Seguir una rutina: “Los niños necesitan una estructura. Indiscutiblemente. Y lo que tenemos que hacer, sin demora, es crear estructuras totalmente nuevas para todos nosotros durante estos días”, dice la Dra. Damour. “Recomiendo firmemente que los padres elaboren un programa diario que incluya ratos para el juego y el esparcimiento –durante los cuales los niños pueden hablar por teléfono y conectarse con sus amigos–, además de tiempo libre de tecnología y tiempo para ayudar en la casa. Debemos pensar en lo que valoramos y necesitamos, y crear una estructura que lo refleje. Para nuestros niños será un gran alivio poder predecir lo que ocurrirá cada día y saber cuándo deben trabajar y cuándo pueden jugar”.

3. Permitir que los niños sientan sus emociones: El principal consejo de la Dra. Damour es permitirles sentirse tristes. “Todo esto representa una gran pérdida para los adolescentes. Es peor para ellos que para nosotros porque nosotros lo comparamos con las experiencias que hemos tenido a lo largo de nuestras vidas. Debemos apoyar a nuestros hijos y explicarles que es normal sentirse profundamente tristes y frustrados por las pérdidas que están sufriendo”. En caso de duda, lo mejor que podemos hacer es mostrarles empatía y apoyo.

4. Verificar con ellos lo que están escuchando: Hay mucha desinformación en torno a la enfermedad del coronavirus (COVID-19). “Es importante averiguar qué están oyendo nuestros hijos y qué consideran que es verdad. No basta con darles a conocer los hechos porque, si han oído algo inexacto y nosotros no descubrimos lo que están pensando y no se lo aclaramos directamente, podrían combinar la nueva información que reciben de nosotros con la información que ya tienen. Es fundamental descubrir lo que nuestros hijos ya saben y comenzar en ese punto a darles la información correcta”.

5. Encontrar distracciones: A la hora de procesar las emociones difíciles, “fíjense en las señales que muestran sus hijos, piensen cómo podrían equilibrar las conversaciones sobre los sentimientos con las distracciones, y permitan que sus hijos recurran a alguna distracción cuando los noten muy preocupados y necesiten tranquilizarse”. Una buena opción es organizar cada cierto número de días un juego en el que participe toda la familia. O cocinar todos juntos. La Dra. Damour está aprovechando la hora de cenar para conectarse con sus hijas. “Decidimos formar equipos de dos y rotarnos, de modo que cada noche un equipo preparará la cena para la familia”.

6. Vigilar su propio comportamiento: “Desde luego, los padres también sentimos ansiedad y nuestros hijos identifican las señales emocionales que transmitimos”, explica la Dra. Damour. “Yo pediría a los padres que hagan lo que puedan para controlar su ansiedad y que no compartan demasiado sus temores con sus hijos. Esto podría implicar dominar las emociones, lo que a veces resulta difícil, especialmente cuando son muy intensas”.

Conoce el articulo completo en: www.unicef.org

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