3 junio, 2020 | Tiempo de Padres

El amigo imaginario es de los niños creativos

Suelen ser creados alrededor de los dos o tres años, les ayuda a liberar miedos, fobias, controlar sus emociones, mejorar su autoestima y desarrollar habilidades sociales.

Para muchos padres, escuchar a su hijo hablando solo y pasar tiempo aislado, puede ser motivo de alarma y de consulta inmediata con el psicólogo. Sin embargo, esto no debería ser así. Según la psicóloga Carolina Molina, son conductas que se generan al jugar y compartir con el amigo imaginario, creado generalmente entre los 2 o 3 años, momento en el que dejan de ser bebés para convertirse en niños, y es cuando buscan mayor autonomía e independencia y explorar su mundo. Además, aún no diferencian adecuadamente la realidad de la fantasía.

Los amigos imaginarios generalmente son pares (tienen la misma edad), pueden ser personas, peluches, princesas, hadas, caballeros, personajes inventados e incluso objetos dotados de personalidad. Esta concepción se conoce como animismo.

Además de jugar, conversar y pelear, cumplen un cometido en el niño: le facilitan expresar sentimientos positivos y negativos, que en un momento dado puedan haber sido ocultados para evitar un regaño o un castigo de sus padres o cuidadores.

Otros puntos a favor de esta amistad: muchos niños pueden proyectar sus conflictos, miedos o fobias, como abandonar el pañal, ir a la guardería, cambiarse de casa o afrontar la separación de sus padres; adquirir confianza y fortaleza en sí mismo; mejorar su autoestima y control de sus emociones; respetar la opinión del otro y desarrollar habilidades sociales.

También les permite hablar de sus sueños y anhelos, y para satisfacer ciertos requerimientos físicos y emocionales, acordes a su edad. De allí, que cuando se empezó a analizar la creación de los amigos fantásticos como personajes más poderosos, inteligentes y habilidosos, a final del siglo XIX, se dijo que quienes los construían eran infantes huérfanos o abandonados, con carencias afectivas o sociales, a manera de compensar la debilidad y vulnerabilidad propias de su niñez.

Recientemente se ha determinado que quienes fantasean con su ‘camarada’, por lo general son hijos únicos, que no han ingresado al jardín y que solamente tienen contacto con los adultos, aunque por otra parte también es un fenómeno muy común en niños sensibles que están conectados con la imaginación y la fantasía.

Análisis han señalado que los pequeños que inventan amigos imaginarios, tienen tendencia a ser más creativos cuando grandes, con respecto a quienes no lo hicieron. Probablemente preferirán estudiar carreras relacionadas con las artes y estarán alejados de las conductas agresivas

¿A qué juegan?

Depende de la edad en que lo construyan. Cuando son muy pequeños se concentran en su cuerpo, nuevas texturas, temperaturas, tamaños y sensaciones.

Generalmente no hay un intercambio con el amigo imaginario y estos son solo receptores. Con el tiempo, es probable que empiecen a interactuar más con su amigo inventado, se pondrán de acuerdo, aprenderán a respetar reglas, esperar el turno, a mejorar la socialización y es muy frecuente que culpen a su amigo invisible por sus travesuras.

Papás, más vale tarde que nunca
Estudios de las Universidades de Washington y Oregon, en Estados Unidos, demostraron que de 152 niños, el 76% tuvo un amigo imaginario, entre los 3 y los 7 años. Sin embargo, el 25% de sus padres no se dieron cuenta.

No siempre es así. Los papás que saben de la existencia del amigo imaginario de su hijo, no deben alarmarse pues no es un problema mental ni sobrenatural. Estos personajes, así como llegan, se van. No deben tomarlo a manera de burla ni tampoco juzgar al menor, porque pueden reprimirlo y evitar que siga jugando. Obsérvelo discretamente, sin intervenir. Incluso puede ser una herramienta útil para conocer más acerca de lo que piensa y siente su hijo.

Durante esta etapa, aumente la vigilancia en ventanas, escaleras o cerca de objetos que puedan representarle algún riesgo al menor. Algunos pueden obsesionarse con la idea de volar al estilo Superman o Campanita

CUÁNDO ALARMARSE

Liliana León, psicóloga, afirma que un papá debería preocuparse y llevar a su hijo al especialista cuando:

  • Cohíba su relación con sus compañeros de clase o familiares de su edad.
  • Prefiera estar solo y apartado.
  • Conserve a su amigo después de los 9 años.
  • No haga tareas y compromisos diarios.
  • No quiera tener amigos reales para jugar y compartir.
  • Se vuelva retraído.
  • Tenga comportamientos agresivos.
  • Desarrolle rabia y ansiedad.

“Los niños por tener una mente más abierta que los adultos, tienen permanente contacto con su ángel de la guarda. Los ayudan, los acompañan, los guían y se sienten protegidos”. Olga Ospina, angeóloga

Especial para Los Mejores Jardines

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