En ocasiones, los adultos creemos que los niños no presentan estrés. Siempre oímos cosas como: ¿Por qué sentirían estrés, si no tienen responsabilidades económicas?, ¿Si ellos no trabajan, de qué se van a estresar?, ¡Los niños son niños!, ellos solo piensan en jugar, no tiene razones para estresarse. Todas estas pregunta y afirmaciones que los adultos hacemos con respecto al estrés infantil están basadas en muchas creencias y mitos sin fundamentos, pues resulta que los niños SI manifiestan esta emoción y la presentan por algún cambio repentino y brusco que se les presente en su vida y con el cual ellos no se están sintiendo bien.
Cuando los niños presentan estrés, la forma que tenemos para identificarlo parte de ver varios comportamientos que nuestros hijos no hacían o retrocesos en etapas que ya habían superado, como, por ejemplo, comerse las uñas o retrocesos en el control de esfínteres; todo esto nos muestra que ellos efectivamente están presentando o manifestando esta emoción.
Es importante tener en cuenta que nuestros hijos en este momento pueden estar manifestando aún más el estrés, pues durante la cuarentana los niños tienen más demandas por parte del jardín o colegio e incluso por parte nuestra, y a demás al cambiar sus rutinas, lugares donde frecuentaban y estar todo el tiempo con las mismas personas en el mismo lugar hace que también empiecen a manifestar en ocasiones estrés.
Es importante que veamos el contexto en el que los niños están, qué es lo que les está generando este malestar, ¿será que las exigencias o expectativas que tenemos de ellos sobrepasan lo que realmente pueden hacer?, ¿estoy yo modelando o transmitiendo mi malestar de una forma errónea? ¿sus rutinas no están siendo tan fáciles para ellos? Todas estas preguntas y más son las que debemos empezar a revisar, con el fin de que tanto ellos como nosotros sepamos qué es lo que no está bien, y así poder ayudar a que salgan de ese malestar.
Debemos recordar que los niños siempre nos están observando y, a través de las neuronas espejo, copian TODOS LOS SENTIMIENTOS Y EMOCIONES que estamos presentando, y es aquí donde los papás, cuidadores y profesores, debemos ser muy cuidadosos, pues la forma como nosotros manifestemos nuestras preocupaciones cuando estamos con los niños, es como ellos las van a tomar también.
¿Cómo le enseño a mi hijo a salir de esta emoción de una forma eficaz?
- Si yo como adulto modelo de una forma adecuada el malestar que estoy sintiendo, explicando lo que siento y el por qué lo siento, los niños van a aprender hacer lo mismo.
- Enseñémosles a los niños cómo canalizar y reaccionar a las diferentes emociones.
- Démosle las herramientas y los canales para que expresen ese malestar de una mejor forma.
- Hablemos con ellos. La comunicación es súper importante, pues es ahí donde lograremos que los niños se abran a expresar lo que sienten.
- Enseñémosles el vocabulario emocional.
- Para conocer más sobre este tema, los invito a ver el siguiente video
Especial para Los Mejores Jardines
Por: María Camila Arévalo
Psicóloga