Por la crisis actual que vivimos a nivel mundial, nos hemos visto enfrentados a ajustar nuestras dinámicas a nivel laboral, familiar y escolar. Esto ha causado grandes retos para los padres frente al acompañamiento en el desarrollo de sus hijos, ya que debemos organizar nuestras responsabilidades laborales y las labores del hogar.
Teniendo en cuenta esto y desde su experiencia de 12 años acompañando los procesos de desarrollo de más de 20.000 niños menores de 5 años en Colombia, aeioTU quiere contribuir a todas las familias con algunas recomendaciones que les permitan mantener unas dinámicas cotidianas sanas, organizadas y tranquilas.
- Aceptar esta nueva cotidianidad, viéndola como una oportunidad para ajustar dinámicas familiares y personales, como un tiempo para compartir, reinventarnos y reacomodarnos a lo que hoy se nos presenta.
- Crear acuerdos en familia, estos se establecen a través de diálogos en los que los padres y los niños puedan manifestar cuáles son sus responsabilidades del día o de la semana, qué tiempos necesitan para desarrollarlas y qué ayuda requiere de parte de los demás miembros de la familia para poder lograrlos. Es importante hacer visibles estos acuerdos en casa a través de escritos o dibujos, que ayudarán a que los niños los tengan más presentes y luego puedan ver como familia lo que cumplieron; y analizar qué estrategias se pueden tomar para lograr los que no se cumplieron.
- Establecer rutinas y hábitos, tanto para los niños como para los adultos. Esto se puede lograr a través de la creación de un horario que ayude a los niños a conocer cuáles son los momentos que vivirán durante el día, a mantener la noción del tiempo y a identificar que hay momentos específicos para cada cosa, incluyendo los momentos que tienen para jugar, estudiar, descansar, y de compartir con sus padres alrededor de la alimentación o de otras experiencias como el juego; evitando así que los niños esperen o exijan acompañamiento durante tiempos que pueden ser difíciles para los padres debido a sus otros compromisos. Necesitamos respetar los tiempos de las familias y los diferentes momentos de los padres y los niños.
- Usar lo que hay en el entorno, necesitamos reconocer el contexto del hogar, que es diferente al del jardín. En casa tenemos acceso a materiales diferentes, y éstos también son válidos y permiten acompañar el desarrollo de los niños. Si no tenemos fichas o bloques de construcción podemos construir con cajas o con empaques de alimentos. Si no tenemos plastilina podemos elaborar masas con material natural. El hogar tiene una gran riqueza de materiales que, aunque diferentes a los materiales pedagógicos que por lo general se usan en el jardín, también ofrecen un sinfín de oportunidades de aprendizaje a los niños.
- Invitar a todos a participar, las labores del hogar son una excelente oportunidad para compartir y para aprender. Es necesario rescatar su valor intrínseco como en el fortalecimiento de habilidades y competencias en los niños de una forma agradable, natural y divertida. Por ejemplo: doblar la ropa con los niños presenta una oportunidad de aprendizaje en la clasificación por colores y tamaños, permite a los niños reconocer texturas, fortalecer su motricidad fina y se puede aprovechar incluso en el desarrollo cognitivo y verbal si se aprovecha para crear historias sobre las prendas de vestir que se están doblando.
- Ser flexibles, es importante tener en mente que, a pesar de la tranquilidad que brinda tener rutinas y horarios establecidos; la situación actual exige de nuestra parte la mayor flexibilidad posible. Nadie había estado enfrentado a esta situación, por lo que la adaptación puede presentar retos diferentes para cada persona. Especialmente para los niños. Por esto es importante que los padres entiendan que es necesario acomodar los acuerdos y rutinas a medida que se van dando cuenta de aquello que no funciona en la práctica.
Por: Nathalie Mejía, Coordinadora pedagógica aeioTU
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