Somos padres y nadie nos enseñó qué….

Somos padres, estudiamos y aprendimos muchas cosas, menos para ser maestros, y, aún en los casos más irónicos, estudiamos para ser maestros, pero no de nuestros hijos.

Nadie nos contó que los niños tienen varias dimensiones del desarrollo, que sus primeros años forjarán su Ser y cada uno de los procesos integrales; solo nos han hablado de estimular o prepararlos para entrar al colegio, pero nunca nos han hablado de sus verdaderas necesidades.

Nunca nos han dicho que nuestros niños necesitan el arte para crear, explorar y fortalecer su desarrollo sensorial. Que necesitan su dimensión corporal y no para saber cuál es su cabeza, su tronco o extremidades, sino también para aprender a saltar o a entender sus reflejos corporales para hacer de su cuerpo un palacio estructurado en todas sus capacidades corporales, para lograr abrochar los botones de su camisa o tomar las tijeras y recortar sus propias creaciones.

Somos padres y nos enseñaron que en su primera infancia deben socializar, con unos minutos de juego entre pares será suficiente, pero nunca nos orientaron que socializar es solucionar conflictos, es convivir con otros y entender que en el universo no estamos solos, que existen normas que solo se aprenden cuando convives y socializas.

No nos enseñaron que nuestros niños deben conocer sus emociones, y saber qué hacer con ellas, que es importante hablar y entender lo que pasa en el otro, solo nos enseñaron que nuestros niños deben callar y obedecer.

Somos padres y nadie nos ha enseñado que nuestros niños necesitan la dimensión comunicativa para que logre entablar conversaciones coherentes en los diálogos, para entender que existen muchas formas de comunicarnos, como el código escrito, pero también las poesías o los trabalenguas, por el contrario, nos enseñaron que nuestros niños a menor edad deben aprender a leer y escribir, con modelos basados en nuestros antepasados llenos de guías, planas o repitiendo; lo que hará que su memoria actué y entonces “aprendió a leer” o a repetir.

Nos enseñaron que en el desarrollo de los niños en primera infancia solo se necesita repetir lo que la docente dice o lo que el libro pide que repita, no nos enseñaron que existe un tiempo oportuno para cada desarrollo, para cada aprendizaje, que antes que inicie sus trazos formales tiene que haber aprendido a amarrar sus zapatos.

Somos padres y nadie nos enseñó que, para la educación en la primera infancia, nuestros niños deben entender su cuerpo, sus emociones, que hacen parte de un entorno social, natural y cultural. Somos padres y nadie nos enseñó, que debemos ser pacientes y entender su lenguaje, que no solo depende de la oralidad, también de su corporalidad, de su expresión, de nuestro silencio para escucharlos y entenderlos.

Somos padres y aunque nadie nos ha enseñado a cambiar la educación para nuestros hijos, si sabemos que queremos el bienestar, la felicidad y las mejores experiencias para que nuestros hijos crezcan con la educación que necesitan, con los entornos, los profesionales y las metodologías propias a su verdadero contexto. Somos una generación de padres que busca, indaga y que estamos dispuestos a aprender para nuestros hijos, así que la pregunta es, ¿qué debemos hacer para brindarle una excelente educación en la primera infancia de nuestros hijos?

Créditos

Paola Sáenz Aldana – directora Amici Jardín Infantil
Especial para Los Mejores Jardines