Retroalimentación formativa en niños, más allá de un refuerzo positivo

Retroalimentación formativa en niños más allá de un refuerzo positivo
Retroalimentación formativa en niños más allá de un refuerzo positivo
Dentro de la formación de la personalidad y de un “Yo” sano, los padres y profesores debemos apoyar a nuestros hijos o estudiantes en el desarrollo de 4 aspectos importantes que se irán fortaleciendo a medida que crecen.
La manera de apoyarlos en la tarea de fortalecer estos procesos está en el día a día, en la manera como nos comportamos y respondemos ante las situaciones con ellos.

Existen tres tipos de respuesta ante una situación:

Ausencia de respuesta (no me doy cuenta, da lo mismo si hace las cosas bien o mal, o no las hace en absoluto. Esta es la respuesta que más daña y afecta a una persona.
Respuesta negativa (buscar el problema, identificar lo que salió mal, encontrar culpables y defectos en todo. Centrarse en lo negativo y reforzarlo sin darse cuenta.
Respuesta Positiva (centrarse en lo que estuvo bien y reforzarlo para que vuelva a presentarse y así generar un aprendizaje.

Pero más allá del refuerzo positivo debemos pensar en el refuerzo formativo, es decir, tener que decir NO o llamar la atención de manera respetuosa y buscando un cambio real en la otra persona, un cambio que venga desde adentro.
Poner énfasis en lo positivo porque es lo correcto. Cuanta más atención se ponga a un comportamiento, más se repetirá.
Al prestar poca atención a lo que se hace mal y bastante atención a lo que hacen bien, hará que ese comportamiento se mantenga en el tiempo y tienda a repetirse constantemente.
La retroalimentación formativa apoya al niño y a su formación llevándolo a crecer y a cambiar.

Con los niños debemos partir de la explicación clara y consistente de lo que esperamos de ellos, debe ser concreto, simple y claro: Como queremos que sea su comportamiento en un momento específico.

Si durante el proceso se cometen errores, o se actúa de manera equivocada, es recomendable dirigir la atención del niño hacia lo que se pidió originalmente y darle otra oportunidad de hacerlo bien. Es posible que necesite acompañamiento, motivación constante y darle ejemplos de lo que se quiere lograr.

Finalmente, cuando el niño realiza el comportamiento, espera una respuesta, la respuesta positiva es la más eficaz de todos los tipos posibles, ya que cuando se elogia lo natural es que se repita.

Cómo elogiar un comportamiento:

La respuesta positiva, es un medio para fortalecer un ciclo constructivo con los niños, implica empezar a ver lo que hacen bien, elogiar ese comportamiento y engancharlo en seguir haciendo las cosas bien.

Cuando las conductas no son las esperadas:

1. Intentar la redirección:

2. Después de intentar usar refuerzo positivo y ante casos de actitud negativa y mal comportamiento, podemos optar como último recurso la respuesta negativa:

Todo esto debe hacer parte de un ambiente claro, firme, con límites claros donde los adultos seamos figuras de autoridad y estabilidad de quienes dependa:

Tener claro los límites y las consecuencias de nuestros actos nos ayuda a:

Tener disciplina, saber lo que pueden o no hacer, ser responsables de sus actos y entender que toda acción tiene una consecuencia es el objetivo primordial de la educación, especialmente en los primeros años de vida. Se inicia en casa y se fortalece en el colegio.

Créditos:
Juliana Riaño R.
Directora Jardin Infantil KidS
Psicóloga y Terapeuta de Familia

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