Que los hijos no sean una carga

Con la paternidad llegan cambios en la vida de la pareja que a veces no son asimilados de la mejor manera y que impiden que este nuevo rol se tome con la seriedad que se requiere. Sin embargo, un poco de aceptación puede hacer que esta responsabilidad no se convierta en una carga.

El día que nace un hijo siempre va a ser el más feliz en la vida de cualquier hombre o mujer. Y es que por diversas razones las parejas se ilusionan con la posibilidad de ser padres y después de la ‘dulce espera’ y de superar, en algunos casos dificultades de tipo médico, la llegada de los nuevos integrantes de la familia es una celebración que conlleva una alegría sin medida.

Sin embargo, a medida que el bebé va creciendo y demandando más tiempo por parte de ambos padres, pueden también sobrevenir otros problemas que afectan tanto la relación de pareja, como la forma en la que se desenvuelve la estrecha relación con los hijos.

Según nos explica la doctora Carolina Molina, psicóloga especialista en clínica infantil, “esto se debe a que la paternidad es una decisión y no una opción, y como tal, requiere que los padres estén preparados en el aspecto personal, económico y también profesional, para esta nueva etapa de vida y poder aceptar que las prioridades como padres deben cambiar para darles a los hijos el más adecuado desarrollo y formación humana, porque de lo contrario, son ellos los que terminan pagando los descuidos de los padres”.

Por ello, la doctora Molina sugiere que los padres deben organizarse y aprender a distribuir sus horarios pensando en que al principio, por lo menos el 80 por ciento de su tiempo libre, tiene que ser dedicado a sus hijos, pero sin descuidar su propio mundo, su vida social, laboral y su espacio como pareja.

Para esto es vital que se busque apoyo en el resto de la familia, como los padres de los esposos o hermanos, para que de vez en cuando ellos se encarguen del cuidado temporal de nuestros hijos mientras que cumplimos con los demás roles que integran nuestra vida.

A medida que los niños van creciendo, esta demanda irá disminuyendo en la misma proporción que su adaptación e independencia aumenta. Aunque, asegura la doctora Molina, “no hay una regla científica para trazar una edad, cada caso es específico y depende de la fortaleza emocional y del vínculo que como padres hayamos construido para que nuestros hijos vayan aprendiendo a vivir por sí mismos”.

Sin embargo, no se puede desconocer que el ritmo de vida actual es frenético y a veces la carga laboral u otras circunstancias hacen que descuidemos la labor paterna. Por ello, hay que estar atentos a los síntomas que presenten nuestros hijos cuando están demandando acompañamiento por parte de nosotros. “Las rabietas, las pataletas, los lloriqueos y la agresividad es la forma que utilizan nuestros niños para pedirnos más tiempo cuando hay una carencia o cuando algo faltó”.

Además, para los padres que sienten que no tienen un vínculo emocional con sus hijos y que les cuesta entenderlos, la doctora Molina propone un ‘tip’ tan sencillo como ingenioso para reconocer sus necesidades: “Por medio del juego se puede establecer una comunicación más eficaz ya que esta herramienta permite acceder al mundo emocional del niño y conocerlo, al igual que las actividades artísticas como la pintura, cantar una canción, en fin, el padre que libera su niño interno tiene más cercanía y conexión con sus hijos”.

Esa es la gran diferencia de los padres de hoy y los de ayer. Antes, los papás tenían más tiempo para sus hijos y siempre había una mamá en casa. Sin embargo, para la doctora Molina también los papás modernos tienen ventajas, ya que: “ahora hay una mayor conciencia sobre la educación de los hijos, hay mayores conocimientos de psicología, menos maltrato físico y verbal y ahora los niños tiene un lugar en la sociedad y mayor participación en las decisiones de la familia”.

En la otra orilla, para aquellos padres que piensan que les dedican demasiado tiempo a sus hijos, no hay de qué preocuparse, porque nunca hay horas de más, ni de sobra. Debemos buscar que todo se mantenga en equilibrio, lograr que haya tiempo para la vida en pareja, que se le involucre a la misma en los espacios familiares e incluso debemos tratar de encontrar tiempo para las propias ocupaciones o deseos, ya que a los hijos no hay que darles cada minuto sino compartir con ellos los momentos de calidad.

Recomendaciones:

La principal recomendación de nuestra especialista es que, antes de ser padres hay que ser conscientes de esa decisión y del cambio que implica en cuanto a las prioridades y necesidades, por eso los padres deben tener muchas ganas de traer los hijos al mundo y no refugiarse en factores externos como estabilidad económica o emocional para buscarlos. Deben estar preparados para darles lo mejor de sí mismos pues ese primer vínculo afectivo es de gran importancia en los primeros años de vida y constituye la base para formar hombres de bien en nuestra sociedad.

“La paternidad es una decisión y no una opción y como tal requiere que los padres estén preparados en el aspecto personal, económico y también profesional, para esta nueva etapa de vida”.

Por: Diana Carolina Sánchez
Especial para Revista Edu.co