Preparamos a los niños para una vida cuyo transcurso desconocemos

“Estamos preparando, para una vida que no sabemos cómo va a ser, a unos niños que justamente tienen que ser diferentes de nosotros, puesto que han tenido experiencias que a nosotros nos eran desconocidas a su edad.” Françoise Dolto

Preparamos a los niños para una vida cuyo transcurso desconocemos

Hablar de crianza y educación en los niños, siempre se ve desde una perspectiva adulta, es decir, desde una monarquía en donde los padres o educadores son superiores y pueden, o deben, imponer. Bajo este contexto, no es necesario dar ejemplo, respeto o amor, simplemente “buscar” que los niños sean los adultos ideales. Lo anterior, hace alusión a que solo el futuro es importante y, nosotros los padres, debemos acabar con esto.

Para iniciar, es primordial acabar con el “por qué” y cambiarlo por el “cómo”. Los niños necesitan una guía, por ejemplo, nuestros hijos no necesitan que los llevemos a todas partes, sino que les enseñemos a llegar a donde ellos necesitan. De igual manera, esto implica una responsabilidad recíproca entre los niños y los adultos y, de cierta forma, puede ser interpretada como una colaboración, en donde los padres acompañan y como parte del proceso sueltan a sus hijos.

Por otro lado, es importante entender que no hay una forma única de enseñar, sin importar si tu rol es como padre o educador, es clave que no veas a los niños como adultos. Para ejemplificar mejor lo anterior, los adultos pueden considerar que amarrarse los zapatos con un cordón es una tarea sencilla, práctica y viable, pero un niño puede preferir el velcro, entonces, el fin no es que use o prefiera el niño, sino que logre hacerlo bien, aunque nosotros elijamos otra opción.

Adicional a esto, la frustración es un aspecto que siempre como padres nos acompañará, nos cuestionamos, quejamos y reprochamos los errores o fallos de nuestros hijos. Sin embargo, el fracaso es un paso al éxito. Por lo tanto, debemos verlo como una oportunidad de mejora y estamos en la obligación de educar a los niños para afrontarlos como tal. Debemos asimilar que el hecho de que nuestros hijos actúen diferente a como esperamos, no necesariamente es algo negativo, por el contrario, es parte de su desarrollo a partir de sus capacidades.

Para complementar la información anterior, te presentamos las Pautas o estrategias educativas paternas, desarrolladas en la revista científica Psicothema:

 Estilo autoritario:

  • La clave para educar bien a los hijos consiste, esencialmente, en castigarlos cada vez que se portan mal.
  • Para que los niños maduren y se hagan responsables se les debe castigar por su mala conducta.
  • Los niños deben respetar siempre a los padres por el mero hecho de serlo.
  • Los padres tenemos que utilizar frecuentemente los castigos para prevenir problemas futuros.

Estilo democrático:

  • En mi opinión, es normal que mis hijos cometan errores mientras están aprendiendo.
  • Los niños aprenden mejor a través del juego.
  • Me agrada que mis hijos tengan iniciativa para hacer cosas, aunque cometan errores.
  • El diálogo es el mejor sistema para conseguir que los niños comprendan.

Estilo permisivo:

  • Me molesta que alguno de mis hijos me pida ayuda para hacer algo; creo que debería hacerlo sólo.
  • Creo que los padres tenemos que dejar a los hijos a «su aire», para que aprendan por sí mismos.
  • La educación de los hijos puede llevarse a cabo perfectamente, sin recompensas ni castigos.
  • Creo que la vida es la mejor escuela, sin que sea necesario estar dando constantemente consejos a los hijos.
  • Parece necesario crear un clima de amistad y de igualdad entre padres e hijos.

Para ampliar esta información ingresa a: www.psicothema.com/psicothema.asp?id=3430

Igualmente, te mostramos cinco consejos para una crianza más eficaz, realizados por el portal web Kids Health:

 Sé un buen modelo a seguir

Los niños pequeños aprenden mucho sobre cómo actuar al observar a sus padres. Cuanto más pequeños, más lo imitan. Antes de reaccionar agresivamente o enfurecerse frente a tu hijo, piense en lo siguiente: ¿es así como deseo que el niño se comporte al enfadarse? Es importante siempre ser consciente de que tus hijos te están observando.

Sirve de ejemplo de las cualidades que deseas cultivar en tus hijos: respeto, cordialidad, honestidad, amabilidad, tolerancia. Sé generoso. Haz cosas por los demás sin esperar una retribución. Expresa tu agradecimiento y haz elogios. Trata a tus hijos del mismo modo que esperas que otras personas te traten.

Haz de la comunicación una prioridad

No puedes esperar que los niños hagan todo sólo porque tú como padre “así lo dices”. Ellos desean y merecen explicaciones al igual que los adultos. Si no dedicamos tiempo a dar explicaciones, los niños comenzarán a cuestionar nuestros valores y motivaciones, y si estos tienen fundamentos. Los padres que razonan con sus hijos les permiten entender y aprender sin emitir juicios de valor.

Sé flexible y está dispuesto a adaptar tu estilo de crianza

Si el comportamiento de tu hijo te decepciona con frecuencia, quizás se deba a que tus expectativas no son realistas. Para los padres que piensan en “lo que se debe” (por ejemplo, “A esta altura, mi hijo debe usar el orinal”), puede ser útil leer sobre el tema o hablar con otros padres o con especialistas de desarrollo infantil.

El entorno que rodea a los niños tiene un impacto en su comportamiento; por lo tanto, puede cambiar ese comportamiento si modifica el entorno. Si continuamente tienes que decirle “no” a su hijo de 2 años, busca algún modo de reestructurar el entorno para que haya menos cosas prohibidas. Esto será menos frustrante para ambos.

Demuestra que tu amor es incondicional

Como padre, tienes la responsabilidad de corregir y guiar a tus hijos. Sin embargo, la forma en que expresas tu orientación correctiva tiene una gran influencia en la forma en la que un niño la recibe. Cuando tengas que enfrentarte a tu hijo, evite echar culpas, hacer críticas o buscar defectos; todo esto puede debilitar la autoestima y provocar resentimiento. En cambio, haz un esfuerzo por educar y alentar, incluso cuando disciplines a tus hijos. Asegúrate de que ellos sepan que, aunque deseas y esperas algo mejor la próxima vez, tu amor es incondicional.

Sé consciente de tus propias necesidades y limitaciones como padre

Enfréntalo: tú no eres un padre perfecto. Como jefe de familia, tienes fortalezas y debilidades. Reconoce tus habilidades: “Soy cariñoso y dedicado”. Promete trabajar en tus debilidades: “Debo ser más coherente con la disciplina”. Intenta tener expectativas realistas para ti, tu cónyuge y tus hijos. No es necesario que sepas todas las respuestas: sé indulgente contigo

E intenta que la crianza de los hijos sea una labor que se pueda manejar. Concéntrate en las áreas que necesitan la mayor atención, en lugar de intentar abordar todo a la vez. Admite cuando te sientas agotado. Quítale tiempo a la crianza para hacer cosas que te harán sentir feliz como persona (o como pareja).

Para conocer el texto completo da clic en: kidshealth.org/es/parents/nine-steps.html

Por: Andrea Carolina Pedroza
Equipo redacción Los Mejores Jardines