El Chupo, ¿beneficio solo para los padres?

El chupo de entretención ha generado diversas controversias sobre su uso, ya que para algunos este trae beneficios, como evitar la muerte súbita; pero para otros, el hábito que genera, puede originar consecuencias dentales, óseas y musculares.

El chupo, conocido en inglés como ‘pacifier’, que significa pacificador, tiene como principal objetivo tranquilizar y calmar a los niños, al igual que lograr regular el horario de alimentación y sueño de ellos. Estas son las principales razones por las cuales los padres deciden comprarlo para sus pequeños; sin embargo, sobre él se generan muchas opiniones a favor y en contra, a cerca de los beneficios y desventajas que este puede traer. Por esta razón, en Edu.co investigamos sobre las consecuencias y los beneficios de su uso.

Para muchos pediatras el uso del chupo de entretención solo debe ser usado después del primer mes de vida y hasta que cumpla el año de edad, ya que este puede ser beneficioso para tratar de prevenir el síndrome de muerte súbita.

“Los chupos que tienen huecos de ventilación mantienen la lengua en cierta posición para que la vía aérea superior esté más permeable, por eso, una de las teorías, es que ayudaría a disminuir el síndrome de muerte súbita en el lactante, obviamente, la primera condición para evitar esto es que el niño duerma siempre boca arriba”, explica el Dr. Silvio Coppo, pediatra de la Clínica Country.

Haciendo referencia a este aspecto, es importante mencionar que, aunque el chupo puede ayudar a prevenir la muerte repentina de los bebés, los padres deben tomar otras medidas adicionales para evitar que esto no suceda. La Dra. María Patricia Agualimpia, especialista en Pediatría y Puericultura de la Universidad Nacional, sugiere que “los colchones y almohadas sean firmes, nunca blandos, evitar el sobrecalentamiento por exceso de abrigo o cobijas, amamantar al bebé, asegurar la vacunación, no compartir la cama de los padres y mantener el ambiente libre de humo de cigarrillo”.

Adicionalmente, el Dr. Agualimpia menciona que introducirse cosas a la boca es algo innato en los pequeños, por lo cual es mejor que sea un utensilio especialmente diseñado para ellos. “Siempre recomiendo el pacificador. Durante la etapa oral, los niños descubren el mundo a través de sus bocas, chupan, succionan, muerden, babean y son felices así. Las madres, las abuelitas y las nanas viven en función de quitarles las manos de la boca, los juguetes, las cajas, las cobijas etc., pero es mejor tener una buena etapa oral”.

Frente a esto, otros especialistas manifiestan que el chupo solo es útil para los padres, pues trae consecuencias negativas para la salud de los infantes. “El chupo es más una ventaja para los padres que para el mismo niño ya que genera satisfacción en el niño, porque siente que se está alimentando, pero es solo una entretención que beneficia más a los padres, porque el niño deja de molestar, deja de llorar o se duerme más fácil”, comenta el Dr. José Alejandro Ariza, odontólogo y ortodoncista de la Universidad Javeriana.

Una de las mayores desventajas que tiene el chupo de entretención es que, generalmente, se convierte en un hábito, es decir que el niño o niña, después de utilizarlo durante 21 días y más de media hora al día (lo necesario para adquirir un hábito), lo necesita siempre para dormir o para sentirse más tranquilo. No obstante, no hay que sustituir el hábito, sino que hay que irle explicando al pequeño que ya no se debe usar y generar una nueva costumbre de no uso.

“Existen miles de maneras de retirarlo. Yo recomiendo hacerle una “despedida familiar”, amarrándolo a un globo de helio y diciéndole adiós. Los niños son muy hábiles en sus nuevas rutinas y antes de ocho días, ya se han olvidado de su pacificador. Todo depende de los padres”, propone la Dra. Agualimpia.

Además de los problemas mencionados, este artefacto puede producir deformidades en la anatomía, musculatura, en la parte ósea e inconvenientes en el habla.

“Cuando el niño se alimenta con el seno la anatomía de este hace que la lengua se lleve hacia arriba, lo cual genera que el paladar vaya creciendo trasversalmente, es decir que tiene una hegemonía en la musculatura. Pero con el chupo, se lleva la lengua hacia abajo, lo que nos crea menos desarrollo transversal y así el paladar se empieza a volver alto. Ahí se crean otros hábitos o problemas, porque cuando se tiene un paladar alto tenemos vías aéreas altas, creando así el habito de respiración oral”, explica el Dr. Ariza.

De acuerdo con esto, al haber respiración por la boca, principalmente, y no por la nariz, se empieza a crear resequedad en los labios y el aire que entra constantemente a la boca facilita desarrollo de caries.

Así mismo, se presentan deficiencias en la mordida como explica el Dr. Ariza. “Ya cuando hay deformación en los dientes empezamos a tener un habito de interposición lingual, que es que la lengua se coloca entre los dientes superiores e inferiores, en vez de colocarse en la parte superior del paladar, entonces al colocarse la lengua así, no va a permitir tampoco que los dientes tengan el contacto adecuado

Entre más años el niño dure con el chupo, es decir entre mayor frecuencia, duración e intensidad haya, se van a desarrollar problemas dentales, óseos y musculares más marcados por otra parte también, “se afecta el habla, porque no están llevando la lengua a la posición correcta y necesaria para que posteriormente el niño paciente después pueda vocalizar mejor”, indica el Dr. Ariza.

Utilizar el chupo lo menos posible, solo después del primer mes de vida y hasta que cumpla un año de edad, es lo más recomendable.

Créditos
Por: Stephanie Alférez Calderón
Redacción Revista Edu.co

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