Vivimos en un momento de incertidumbre frente a una situación inesperada, cambiamos nuestras rutinas por hábitos y prácticas que nos llevan a un mismo camino: el auto cuidado y la seguridad.
Nos encontramos con un sin número de preguntas de cómo será nuestro vivir en el tiempo venidero y es allí donde comprendemos que debemos aprender a vivir con lo desconocido y hacerlo de una manera normal y con lo que tenemos, con los cuidados necesarios para cuidar al otro, pero, sobre todo, debemos adaptarnos a nuestras rutinas según el rol que cada uno desempeñe. Hoy por hoy todos estamos enfocados y caminando hacia un mismo objetivo, mitigar y controlar con todos los protocolos necesarios esta enfermedad.
El Jardín Campestre del Norte en los últimos 5 meses ha demostrado lo fuerte que es, pues ha mantenido a un equipo de trabajo totalmente sólido, se ha esforzado incansablemente por mantener un vínculo cercano con cada una de las familias y trabajando mano a mano por la formación y desarrollo de sus pequeños; por lo mismo, han investigado, creado e innovado, pero también han estado construyendo el camino para seguir adelante y garantizar el cuidado de quienes más cuidan a diario.
Pero y ¿qué es lo que están haciendo de más para reforzar la seguridad sanitaria? Pues, han incrementado la frecuencia de lavado de manos en horarios establecidos y en actividades específicas, promueven el uso de implementos de seguridad tales como tapabocas y guantes, generan más procesos de desinfección de áreas comunes, en vehículos, calzado, registro y toman la temperatura de todas las personas presentes en sus instalaciones.
Crearon un equipo llamado “orientadores de bioseguridad”, quienes son un grupo capacitado para mitigar riesgos, pero sobre todo apto para garantizar la seguridad y confianza en toda su comunidad; adicionalmente, han ideado estrategias de distanciamiento en aulas de clases y rutas escolares en donde el número de niños será mucho más reducido al acostumbrado y, en momentos claves como el tiempo destinado para las onces o el almuerzo, el comedor contará con una ubicación estratégica, además de recursos para que los niños y el personal en general pueda disfrutar de este espacio con tranquilidad.
Pero sin duda alguna, el mejor aliado que tienen en este momento es su espacio físico, ya que cuentan con grandes zonas verdes que les permitirán realizar un sin número de actividades al aire libre; sus aulas amplias, iluminadas y con gran ventilación ayudarán a que la propagación del virus se reduzca considerablemente; los recursos tecnológicos y didácticos con los que cuentan les permitirán que sus niños puedan desarrollar sus actividades de forma independiente y los espacios cubiertos al aire libre que permitirán a los docentes desarrollar en los niños sus habilidades motoras y cumplir con el distanciamiento social.
Está claro que regresar a la educación presencial debe darse de forma responsable por parte de toda la comunidad, el bienestar de sus familias es su prioridad hoy y siempre.