Los secretos de las buenas mamás


Ponga en práctica estos secretos del corazón de las buenas madres y verá que multiplicará la felicidad y la salud mental de sus hijos. Al fin y al cabo, cuando una mamá está bien, contenta y satisfecha, este sentimiento se transmite a toda la familia. Por eso, es esencial que la mamá sea feliz. Así todos los hijos se beneficiarán.

He aquí algunas pautas para siempre tener en cuenta:

  • Una buena madre quiere incondicionalmente a su hijo y expresa su amor de tal manera que le llegue a su hijo.
  • Una buena madre supervisa amorosamente, mas no controla.
  • Una buena madre le da a su hijo todo lo que necesita, pero no todo lo que el pide.
  • Una buena madre reparte su tiempo para que cada hijo pueda pasar un rato a solas con ella.
  • Una buena madre dice “no” cuando es preciso, es decir, pone límites cuando lo considera necesario.
  • Una buena madre forma una alianza con el padre para formar un frente unido ante los hijos.
  • Una buena madre le permite a su hijo cometer errores para que así desarrolle responsabilidad.
  • Una buena madre aprende a conocer bien a su hijo para ayudarlo a mejorar sus debilidades y sacar provecho de sus talentos.
  • Una buena madre se involucra activamente en la vida de sus hijos, pero no invade todos sus espacios.
  • Una buena madre aprende a escuchar más y hablar menos.
  • Una buena madre enseña valores esenciales mediante un buen ejemplo.
  • Una buena madre está ahí para su hijo en los momentos de alegría y en los de tristeza.
  • Una buena madre aprende que se pierde un poco al hijo a medida que crece, pero lo acepta, pues sabe que su hijo tiene que llegar a ser autónomo.
  • Una buena madre admite sus errores y aprende de ellos.
  • Una buena madre estimula y apoya los esfuerzos de sus hijos.
  • Una buena madre comprende cuando su hijo comete una falta y hace que hayan consecuencias ante acciones equivocadas.
  • Una buena madre perdona y olvida los malos momentos ya atesora los buenos ratos compartidos.
  • Una buena madre sabe el impacto que tiene en la vida de su hijo y por eso actúa con prudencia y buen criterio.
  • Una buena madre defiende y reprende a sus hijos cuando es debido.
  • Una buena madre acepta la ausencia del hijo, mientras sepa que está bien donde quiera que esté.
  • Una buena madre da muchos abrazos y besos.

Ser una buena madre es más fácil de lo que creemos, siempre y cuando haya una mega dosis de amor combinada con disciplina y buenos criterios. Hay que trabajar en esto de ser buena madre toda una vida, sobre todo para dejar huellas positivas e imborrables en nuestros hijos.