El Yoga Infantil: Equilibrio físico y mental

El yoga infantil es uno de los programas de ejercicios más revolucionarios en la actualidad, pues ayuda a los pequeños a mejorar su concentración, disminuir el estrés y llevar un estilo de vida saludable.

El ajetreado ritmo de vida que llevan los niños, en muchas ocasiones causados por presiones a nivel académico y social, lamentablemente han hecho que se sumerjan en uno de los padecimientos que más agobian a los adultos en las últimas épocas: el estrés.

Por lo anterior, se ha visto que en algunos jardines infantiles y centros especializados se estén impartiendo cursos y talleres de yoga infantil, para brindarles a los pequeños, e inclusive a sus padres, una herramienta útil para la vida, con el objetivo de que ellos adquieran seguridad, fortaleza, balance y tengan una vida saludable. Según Mónica Loboguerrero, instructora de yoga del Jardín Infantil Boys and Girls, esta actividad milenaria es un sistema de técnicas y métodos pedagógicos especialmente diseñados para que los niños desarrollen sus capacidades de forma sencilla, divertida y natural, con el fin de entregarles una espiritualidad especial, a través de estiramientos, respiración y relajación.

Los beneficios de la práctica

Además de ser una técnica divertida, esta disciplina trae beneficios positivos, pues quien la practica aprende a desarrollarse espiritualmente con éxito. El encuentro del cuerpo, mente y espíritu, reunidos en esta disciplina, resultan ser el antídoto para muchas de las perturbaciones que afrontan los pequeños a diario, por ejemplo, hacerles frente al estrés, a las situaciones conflictivas y a la falta de concentración. Igualmente, en la parte física, a través de esta técnica los niños obtienen más flexibilidad en las articulaciones, agilidad y buena postura.

Así mismo, ayuda a desarrollar sus músculos, alivia las molestias por sobrecargas y mejora la capacidad respiratoria”, asegura Loboguerrero. No obstante, aunque en un comienzo puede verse como una actividad lúdica y puede ser dirigida a todos los niños, el yoga ha ayudado a aquellos que tienen algunos problemas de hiperactividad, de atención y de motricidad, debido a que “las posturas de balance, los sonidos sagrados, la respiración, la relajación y la meditación favorecen a que haya una buena conexión entre la mente y el cuerpo y así hallar un perfecto equilibrio”, señala Loboguerrero.

¿Qué pueden aprender con este tipo de iniciativas?

Los pequeños pueden aprender, a través de estas clases regulares, mecanismos de autocontrol y exploración de su cuerpo, mediante posturas de yoga que asemejan animales y objetos; también aprenden técnicas sencillas de respiración consciente y relajación. El principal objetivo es que los niños jueguen al yoga y se enamoren de esta maravillosa práctica que, en sus fases adolescente y adulta, les brindará plenitud y sosiego. De hecho, es una alternativa para reforzar los procesos de desarrollo de los niños de forma divertida, grupal y económica.

¿De qué se trata el método?

Una clase de yoga tiene una duración aproximada de 45 minutos y se trabajan el centramiento y la respiración consciente, el mantra o sonido ‘OM’ y ejercicios de estiramiento. Luego, hacemos el saludo al Sol y posturas hiladas con una historia fantástica y otros juegos, después, terminamos con una relajación y una oración de agradecimiento a la vida, a la familia, a los profesores, etc.

¿Qué ofrece esta disciplina a los niños?

Esta actividad grupal combina elementos de psicomotricidad, seguimiento de instrucciones y formación de valores como el respeto a sí mismo y a los demás. Además, el yoga, como tal, les brinda herramientas de autocontrol y relajación, control de la respiración y les inculca el agradecimiento a la vida y a quienes nos rodean. En general, estos ejercicios crean procesos de conciencia a partir del control de su primer canal: el cuerpo.

 

Por: Edgar Núñez Bastidas
O² Comunicaciones
Especial para Los Mejores Jardines